En Francia se vivió el siglo de las luces ya hace un buen tiempo, sin embargo luego de ese glorioso acontecimiento en nuestra patria y principalmente en nuestra ciudad su repercusión ha sido casi nula, más al contrario los sectores más conservadores y oscurantistas han venido cediendo y otorgando una serie de beneficios a las religiones en especial a la religión católica que se ha visto beneficiada por exoneraciones escandalosas de impuestos y asignación de sendos presupuestos y gollerías económico-sociales para impartir la vieja y falsa doctrina cristiana.
Se pensaba que con la instauración de la república en nuestra patria (Perú), se iba ha efectuar una serie de reformas, no obstante ello, las costumbres y la tergiversada concepción del mundo se ha venido arrastrando (para mal nuestro) desde la colonia, a vista y paciencia de toda la sociedad, en especial de aquellas personas que supuestamente son las defensoras de “lo nuestro” y embanderan -dizque nuestra cultura- y piensan erróneamente que por hablar el quechua y por cantar o bailar el huayno o por vestirse con poncho y yanqui se identifican con nuestra patria, pero su pensamiento sigue siendo más inquisitivo y más religioso, y está lleno de odio contra los que no abrazamos dicha aberrante ideología (principalmente católica o evangélica), es decir, son los nuevos Pizarros, no cabe duda, se han convertido en doctrineros de la fe ciega, pretenden dar consejos y quieren reprender al buen hombre como si nosotros les vamos a tener miedo; ellos están llenos de miedo porque han asumido que cuando mueren van a ir al infierno, je,je,je, no cabe duda, si el infierno existiera de veras, estaría lleno de papas católicos (máximos representante del vaticano en su momento)
Pero, escuchad hombres segados por los dogmas religiosos, oscurantistas, negociantes de falacias, el imperio de la corrupción, el imperio del miedo, el imperio de la mentira, el imperio de las religiones está llegando a su fin, así como ha habido el primer papa en los católicos, habrá también el último papa, las tinieblas sembradas el odio al hombre se diluirán y se ensalzará al hombre mismo reconociendo sus virtudes y reduciendo sus defectos, y así la verdad del ateismo hará su ingreso triunfal y será reconocidos por las naciones, por todos los seres vivos, habrá la irreligiosidad en los seres humanos, sin duda, y ser para bien, porque no se contrapone a su naturaleza y no habrá quien resista dicho avance, y las falsas doctrinas que negocian con el cielo y el infiero serán exterminadas gracias a la razón y el corazón del hombre que sacrifica su vida por la verdad, mientras la corrupción religiosa insulta y se desespera. La corrupción religiosa será exterminada totalmente del planeta tierra y se dará paso a la nueva etapa evolutiva del hombre, pues las nuevas generaciones, cuidarán de la verdad con valor axiológico fundamental; ahora nuestra gente tiene más libertad de actuación, la ciencia y la técnica viene desarrollándose a grandes pasos.
La corrupción religiosa a lo largo de la historia solamente ha aportado a la humanidad: sangre, solamente ha aportado dolor, solamente ha aportado mentira, solamente aportado odio… y lo sigue haciendo impunemente, gracias a políticos igualmente corruptos y militares que le reconocen todo tipo de gollerías a esta doctrina. El hombre es hombre gracias a la naturaleza, el hombre no le debe nada, no le debe absolutamente nada al concepto: dios.
Es verdad que la corrupción religiosa también tiene sus mártires, sí es verdad, porque los naturales y conquistados, se defendieron instintiva y racionalmente de la imposición de la doctrina religiosa católica corrupta y también les causaron bajas, aunque pocas, pero les causaron, y a ellos se obliga a rezarlos y reconocerlos como supuestos seres superiores y les otorgan denominaciones como santos, etc, para seguir traficando con la inocencia de la las nuevas generaciones que pese a ello, están despertando y están cuestionando el cúmulo de mentiras en las que basan sus doctrinas religiosas y revive cual ave fénix, de las cenizas: la ilustración y se reconvierte en fuente de viva agua y conocimiento verdadero el amor y el ateismo.
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