martes, 13 de julio de 2010

CORAZÓN VALIENTE

No me asusta Dios ni su divinidad,
no me asusta Satán ni su necedad,
no me asusta el infierno sepulcral,
no me asusta el cielo residencial.

Es concreta la inimputabilidad
en ella se guardan los de la deidad
protegidos por el ocio teologal
y la especulación sacramental.

No existen los dioses en realidad
no existen castigos ni malignidad
no existen almas eternas del rosal
no existen arcángeles en el sedal.

Está llena de nula grandiosidad
está llena de neutra esterilidad
está hueca la oración sacerdotal
está demás el acto reverencial.

La idea de dios es la indignidad
la idea de dios es la deformidad
la idea de dios es muy perjudicial
la idea de dios es muy perjudicial.