A Manuel González Prada, el eterno.
Naturalista que no temes cruces
tú que al conocimiento induces
con la pluma que los ignaros votan
a ellos a la nada introduces
Para ti, loas, ducho estatúo
en el lugar más alto te sitúo
por ser hábil con tantos vacíos dioses
ideados embriagados en dúo
Gurí, sois libre verdaderamente,
risueño rostro, guía de la gente,
cual antorcha, la noche iluminas,
el ateísmo siembras en la mente
Por tu ideal, a veces, recluso
dejas huellas de necesario uso,
soporte del intelectual rebelde,
¡ah!, también del arzobispo intruso
No temes a Dios rey ni a la muerte,
no temes ni a un santo inerte,
no temes ni a Satán ni a Cristo,
no temes y ni crees en la suerte.
Andas, comes, duermes con estoicidad,
como humano lo dices con claridad,
también vives y disfrutas el sexo
pues conoces muy bien su utilidad
Bípedo selecto, en tu discurso
revive la libertad del recurso,
se fortalece alegre el drama
y se perenniza en el transcurso
En todo inteligente influyes
sin duda su formación estatuyes,
llegando a ser pensamiento libre
a todo ente sagrado diluyes
Los bajísimos instintos despiertas
en los sacerdotes y en sus puertas,
por decir la esencia del gran cosmos
e inhumar teorías desiertas
Corazón de gran leopardo puro
te dijo el beato inmaduro,
de pronto es tenaz presa del mutis
y del fardo helado y oscuro
Gran enemigo de la ignorancia,
de la religión y de la vagancia,
burlón de almas y encarnaciones
tu concepción es suave fragancia
No vale para ti el amuleto
lo consideras como esqueleto,
sin influencia en el mortal hombre
traficado en un simple panfleto
Apologista de la herejía
a nadie jamás rindes pleitesía,
eres el amo natural del cosmos
y lo dices con vanal ironía
Lo que predicas no es un crimen,
por eso haces que tus versos rimen
al son de los vientos del universo,
ello hace que los labios lo mimen
Tus letras quedan por siempre impresos
en libros, cabezas y en los huesos,
cual ubérrima semilla de campo,
aunque los machaquen salen ilesos
A tu honor, ¡salud! Prada ateo
que contigo beber whisky deseo
por diluir castigos celestiales
¡Salud, Prada! ¡por tus versos que leo!
Este blog busca liberar al hombre (varón - mujer)de las garras de la la corrupción religiosa que se ha venido arrastrando desde miles de años atrás, contribuyendo así, con un granito de arena en la ansiado logro de la perfección de nuestra especie.